dolor muscular

¿Por qué un dolor muscular en el cuello puede degenerar en dolores de cabeza?

En primer lugar, deberíamos saber que las estructuras del cuerpo funcionan en consonancia unas con otras y que existe una relación íntima entre ellas. Esto es debido a que los tejidos que conforman las diferentes estructuras (músculo, fascias, tendones, ligamentos, periostio, etc.), están en contacto directo y sería prácticamente imposible diferenciar dónde termina uno y empieza el siguiente.

Cuando hablamos de patologías relacionadas con el sistema musculoesquelético y más concretamente de los tejidos blandos, hablamos de Síndrome de dolor Miofascial. Este es el conjunto de signos y síntomas producidos por los Puntos Gatillo Miofasciales (PGM). Un PGM es un foco hiperirritable dentro de una banda tensa en un músculo esquelético. Se caracteriza porque es doloroso a la compresión y a otros posibles estímulos mecánicos, y puede evocar un dolor referido característico, disfunción motora y/o fenómenos autonómicos (Mayoral y Salvat).

Los PGM se pueden clasificar de diferentes formas en función de su actividad clínica, entre activos o latentes; o en función de su localización en, y estos pueden ser centrales o insercionales. Por otra parte, los PGM, se pueden activar de forma directa mediante una sobrecarga aguda o crónica, traumatismo directo, acortamiento muscular, sobreestiramiento, enfriamiento, etc.; o de forma indirecta, por otros PGM, enfermedad asociada, inflamaciones, degeneración y/o disfunción articular, radiculopatías y factores psicológicos.

Según Travell et al., la descripción de los patrones de dolor referido de cada músculo se debe entender como la descripción de la ubicación más habitual del dolor y de otros síntomas y signos referidos a partir de la existencia de un PGM. En cada patrón se distingue una zona esencial y una zona de desbordamiento. De hecho, el dolor provocado por un PGM no se localiza la mayor parte de las veces en la zona del propio punto gatillo. Solo se da esta circunstancia cuando el PGM es deformado mecánicamente (por contracción, compresión, estiramiento, punción, etc.) y en los pocos músculos cuyo dolor referido incluye al propio músculo. Por otra parte, las manifestaciones clínicas ocasionadas por un PGM no se correlaciona temporalmente con el mecanismo activador; suele existir un retardo en la aparición de los síntomas y éstos pueden persistir aunque el mecanismo que los activó haya desaparecido.

En cuanto al paciente, los criterios clínicos recomendados para identificar PGM activos y latentes según Simons et al. Está en la localización de una banda tensa palpable, siempre y cuando el músculo sea palpable; dolor local a la presión de un nódulo en la banda tensa; Reconocimiento por parte del paciente de su sensación de dolor habitual al presionar sobre ese nódulo; y por último, tiene que existir limitación dolorosa de la amplitud de movilidad al estiramiento completo.

En la región cervical, los PGM de los músculos trapecio, esternocleidomastoideo (ECOM), suboccipitales, esplenios y semiespinoso de la cabeza pueden contribuir al dolor de la cefalea tensional y de la cefalea cervicogénica. Se sabe que existe un papel relevante de los PGM de los músculos cervicales en los cuadros de cefalea y dolor propio de esa región.

Para el tratamiento de estos PGM, se ha demostrado que los tratamientos miofasciales y la punción seca son la técnica de elección. Esto se debe a eficacia y ventas en riesgo – beneficio del uso de la técnica en comparación con otros posibles tratamientos. Entre estas ventajas están la reducción del tiempo de recuperación y la aceleración a la hora de que los síntomas remitan; la disminución del dolor intra y post tratamiento.

En Clínica Nupofis, nuestros profesionales fisioterapeutas cuentan con amplia formación y experiencia en el abordaje del Síndrome de Dolor Miofascial mediante varias técnicas, entre ellas la punción seca, punción seca ecoguiada, electro punción, etc.

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