diatermia

DIATERMIA Y PROCESOS ARTROPÁTICOS

La artrosis es una enfermedad degenerativa que afecta las articulaciones, previa degeneración del cartílago que las protege, provocando dolor, rigidez y limitación del movimiento. Aunque no existe una cura definitiva, existen tratamientos que ayudan a aliviar los síntomas y mejorar la calidad de vida de los pacientes. Uno de los enfoques fisioterapéuticos más efectivos y demandados hoy en día para abordar el tratamiento de la artrosis es la diatermia, una técnica que utiliza el calor para mejorar la circulación, reducir el dolor y promover la regeneración del tejido dañado.

¿Qué es la Diatermia?

La diatermia es un tratamiento que emplea corrientes eléctricas de alta frecuencia para generar calor profundo en los tejidos del cuerpo. Existen diferentes modalidades de diatermia (onda corta, microondas y de ultracorta) pero todas tienen en común la capacidad de generar calor dentro de los tejidos sin dañar la piel o los músculos superficiales.

La diatermia actúa concretamente sobre el colágeno del cuerpo, una proteína estructural fundamental en los tendones, ligamentos, cartílagos y la piel, que proporciona fuerza, flexibilidad y soporte. Los principales efectos de la diatermia sobre el colágeno son:

1. Aumento de la elasticidad del colágeno

El calor generado por la diatermia provoca un aumento de la temperatura en los tejidos profundos, lo que hace que las fibras de colágeno se vuelvan más flexibles y elásticas. Este fenómeno es especialmente útil en situaciones de rigidez articular o muscular, como las que se presentan en enfermedades degenerativas como la artrosis o en lesiones musculares y tendinosas.

Al aumentar la elasticidad del colágeno, los tejidos se vuelven más capaces de estirarse sin dañarse, lo que mejora la amplitud de movimiento y reduce el riesgo de lesiones o deformaciones en las articulaciones.

2. Mejora de la regeneración del colágeno

La diatermia favorece el flujo sanguíneo en la zona afectada, lo que aumenta la llegada de nutrientes y oxígeno a los tejidos lesionados. Este aumento en la circulación favorece la síntesis de colágeno, ya que los fibroblastos (células encargadas de la producción de colágeno) reciben los recursos necesarios para regenerar el tejido dañado.

3. Estimulación del proceso de remodelación del colágeno

El calor producido por la diatermia también activa los mecanismos de remodelación del colágeno en los tejidos. En el cuerpo humano, después de una lesión, las fibras de colágeno se reorganizan para restaurar la estructura y funcionalidad del tejido dañado. La diatermia acelera este proceso de reorganización, haciendo que las fibras de colágeno se alineen mejor y favorezcan la reparación de los tejidos, lo que puede mejorar la recuperación de lesiones tendinosas, musculares y ligamentarias asociadas a los procesos artropáticos.

4. Reducción de adherencias y fibrosis

El calor profundo generado por la diatermia también puede ser útil para reducir la formación de adherencias y tejido cicatricial (fibrosis), que a menudo se desarrollan cuando las fibras de colágeno se agrupan de forma anómala durante el proceso de curación de una lesión. Al promover una mayor flexibilidad en las fibras de colágeno y una correcta reorganización del tejido, la diatermia puede disminuir la formación de adherencias y mejorar la movilidad en áreas afectadas por cicatrices.

5. Efecto sobre el colágeno envejecido

Con el envejecimiento o la enfermedad degenerativa, el colágeno pierde su elasticidad y su capacidad para soportar la tensión. La diatermia puede ayudar a revitalizar estos tejidos restaurando parcialmente su capacidad de respuesta ante el estrés mecánico, aunque siempre debemos tener en cuenta que la regeneración del colágeno envejecido es limitada.

6. Efecto antiinflamatorio indirecto sobre el colágeno

La inflamación crónica puede alterar la estructura del colágeno, debilitando su capacidad para cumplir su función. La diatermia no solo actúa sobre el colágeno directamente, sino que también tiene un efecto antiinflamatorio a nivel tisular. Al reducir la inflamación en los tejidos afectados, se evita que el colágeno se degrade excesivamente debido a la respuesta inflamatoria, lo que ayuda a preservar la integridad estructural de los tejidos.

Con todo esto podemos afirmar que la diatermia, al favorecer la vasodilatación, permite una mejor oxigenación y suministro de nutrientes a las células de nuestro cuerpo contribuyendo a relajar la musculatura, mejorar el dolor, la movilidad… y es de gran utilidad en pacientes con artrosis. Es especialmente útil en fases donde predominan el dolor y la inflamación, y puede emplearse como complemento de otros tratamientos como la terapia manual, ejercicio terapéutico o estiramientos, electroterapia, etc.

La principal novedad de la diatermia con respecto a otras formas de termoterapia, como la radiación infrarroja o las compresas calientes, es que esta es capaz de penetrar en capas más profundas de la piel y los músculos, lo que le permite tratar directamente las estructuras afectadas.

No obstante, la diatermia debe ser administrada por un fisioterapeuta cualificado, ya que su aplicación incorrecta puede generar efectos secundarios como quemaduras o incomodidad. Además, es importante tener en cuenta que, aunque la diatermia ayuda a aliviar los síntomas, no es una cura para la artrosis, sino una herramienta para manejar la enfermedad y mejorar la calidad de vida del paciente y siempre debe ser utilizada como parte de un plan integral de tratamiento, que puede incluir otras modalidades de fisioterapia y ejercicios de rehabilitación, bajo la supervisión de un profesional de la salud.

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