fisioterapia deportiva

FISIOTERAPIA PARA ATLETAS CON INESTABILIDAD FUNCIONAL GENERADA POR HIPERMOVILIDAD ARTICULAR

La movilidad se describe como la combinación de rango de movimiento, control motor y fuerza. Hoy en día todos hemos escuchado hablar de los problemas que implica la hipomovilidad y la importancia de su trabajo para prevenir lesiones y mejorar el rendimiento deportivo. Hay muchos factores que intervienen en un movimiento articular disminuido, siendo el más común la tensión muscular. Pasivamente, los músculos pueden acortarse a través de una adaptación postural debido a trabajos que implican mantener una misma posición durante horas (por ejemplo, un trabajo en la oficina) o un proceso de cicatrización; activamente, pueden acortarse ante espasmos o contracciones musculares. Es por ello que disponemos de un amplio abanico de abordajes para tratar estos tejidos blandos, ya sea mediante masoterapia, estiramientos, foam roller u otros métodos.

Ahora bien, ¿qué pasa cuando un atleta tiene exceso de movilidad? No todo el mundo está acortado y necesita la liberación de tejidos blandos para mejorar la movilidad. El atleta hipermóvil que presenta inestabilidad funcional necesita desarrollar el control del movimiento y la conciencia para que pueda desarrollar y mantener la fuerza y la estabilidad a lo largo de este rango excesivo. A menudo necesita aliviar ese tejido y liberarlo, pero ¿es esa la mejor solución? La inestabilidad funcional es una complicación común de la hipermovilidad articular y la mayoría de las intervenciones se centran en fortalecer los músculos que rodean la articulación afectada. Sin embargo, nos olvidamos de trabajar los déficits propioceptivos y la disminución del control neuromuscular, que tienen mucho mayor un impacto en la inestabilidad que la fuerza.

Con lo cual, un abordaje mucho más interesante en un atleta que presenta inestabilidad funcional por la hipermovilidad sería mediante el trabajo de la propiocepción, el control del movimiento y la conciencia, así como en la fuerza.

Los atletas con mayor laxitud o hipermovilidad pueden confiar menos en el sistema estabilizador pasivo (ligamentos, lábrum, cápsula articular) a la hora de estabilizar la articulación. Por ello, requieren de un sistema estabilizador dinámico más eficiente (ya que este es el encargado de proporcionar la estabilidad funcional), principalmente el sistema neuromuscular.

La laxitud o hipermovilidad, entonces, podría acarrear inestabilidad si el sujeto no es capaz de estabilizar dinámicamente la articulación mediante un control y movimiento adecuados.

Te contamos los cuatro puntos a tratar que son esenciales para restaurar la estabilidad funcional:

1.  Sensación propioceptiva y cinestésica

Los mecanorreceptores articulares periféricos son los encargados de transmitir la información aferente sobre el movimiento articular (cinestesia) y el sentido de posición (propiocepción). Los ejercicios en cadena cinética abierta son muy útiles para mejorar la conciencia corporal.

2. Estabilización dinámica de la articulación

La estabilización dinámica requiere del trabajo de la coactivación preparatoria de la musculatura agonista-antagonista para anticipar y reaccionar a las cargas articulares. La eficiencia de la coactivación permite una mejor distribución de las fuerzas articulares para reducir tanto el movimiento excesivo de la articulación como la carga impartida a las estructuras estáticas. Los mismos ejercicios cinéticos de cadena cerrada que estimulan la propiocepción articular también son útiles para restaurar la estabilidad dinámica. Podemos progresar introduciendo trabajo de equilibrio o algún componente pliométrico.

3. Control neuromuscular reactivo

Para facilitar la activación de la musculatura reflejada son de gran ayuda los ejercicios reactivos con perturbaciones articulares (se realizan de manera rápida e inesperada con el objetivo de disminuir el tiempo de respuesta a cargas articulares imprevistas). Además es interesante trabajar el equilibrio con superficies inestables (BOSU, bolas de estabilidad, etc.) para la estabilización dinámica ayudando así a estimular la rigidez muscular preprogramada.

4. Patrones motores funcionales

En esta fase el objetivo es restaurar la estabilidad funcional en movimientos específicos. Se deben trabajar las variaciones de ejercicio específico (regresiones y progresiones) y se jugará con la intensidad para que el atleta vuelva a su máximo rendimiento. En un entorno controlado se incluyen posiciones donde la articulación es vulnerable, incorporando la activación muscular preparatoria y reactiva.

¡En Nupofis te ayudamos a lidiar con tu hipermovilidad articular para prevenir la aparición de inestabilidad funcional!

No Comments

Sorry, the comment form is closed at this time.