27 Oct Cómo funciona la osteopatía en el cólico del lactante
El cólico del lactante es un trastorno muy frecuente que aparece en los primeros meses de vida del bebé. Aunque se considera benigno y es transitorio, suele generar mucho estrés y ansiedad en los padres porque nada consigue calmar el malestar del niño. Actualmente supone uno de los principales motivos de consulta en las Urgencias Pediátricas.
En 1954, el doctor Morris Wessel, pediatra, se basó en la “regla de los tres” para definir el cólico: bebé sano que presenta llanto inexplicable durante más de tres horas al día, más de tres días a la semana, durante al menos tres semanas.
Los cólicos suelen darse entre las dos primeras semanas y los cuatro meses de vida en bebés sanos, independientemente del tipo de lactancia que se esté llevando a cabo. Normalmente aparecen al atardecer, sin relación con las tomas, y consisten en crisis de llanto inconsolable, muy intenso y agudo que se desencadenan sin motivo aparente. Además de llorar, el bebé se pone muy rígido y tiende a encogerse apretando los puños, hace muecas continuamente y se muestra muy irritable. Estos episodios pueden llegar a durar varias horas, pero cuando el cólico remite el niño come y duerme con normalidad y no presenta ningún otro síntoma.
Todavía se desconoce el origen de este cuadro, pero parece que en su aparición están implicados varios factores. Entre ellos destacan factores gastrointestinales (problemas digestivos como intolerancias a proteínas, inmadurez del tracto digestivo del recién nacido), fallos en la técnica de alimentación (sub o sobrealimentación, ingesta excesiva de aire, mal agarre del pezón o la tetilla) o factores psico-sociales (relación padres-hijo, manejo del estrés e incluso el propio temperamento del bebé).
En la actualidad no existe ningún tratamiento farmacológico que sea efectivo, y no se ha demostrado científicamente que las infusiones a base de hierbas naturales funcionen. Hasta ahora el tratamiento que ha mostrado más éxito a la hora de aliviar las crisis de cólicos ha sido la terapia manual osteopática.
Aun así, es muy importante acudir al pediatra para que descarte cualquier otra posible patología digestiva y confirme el diagnóstico de cólico del lactante.
Una vez descartado cualquier otro trastorno, a través de la Osteopatía mediante técnicas muy suaves, no invasivas y sin efectos secundarios, conseguimos normalizar todo el aparato digestivo del bebé en unas tres o cuatro sesiones.
Con la terapia manual no sólo tratamos la barriga, sino que liberamos todo el trayecto del nervio que se encarga de llevar la información a las vísceras abdominales para que el sistema digestivo funcione correctamente (nervio vago). Este nervio recorre un largo camino desde que se origina en el interior del cráneo hasta su destino, y en este trayecto puede verse comprometido en algunos puntos por tensiones derivadas del parto o posiciones mantenidas durante mucho tiempo por el bebé. El compromiso del nervio vago no tiene por qué provocar patología, pero sí puede dificultar el proceso digestivo. Además, vamos a normalizar el tono y movilidad del diafragma y las vísceras en la cavidad abdominal, favoreciendo así el tránsito intestinal y el normal funcionamiento del sistema digestivo, aliviando o incluso solucionando los cólicos del lactante.
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